Pasos para fabricar una boina
El proceso de fabricación de la boina sigue los siguientes procesos:
1. Se lava el vellón en lana para eliminar la grasa animal e impurezas y luego se seca extendida.
2. La lana se pasa al “diablo”, máquina que la abre y divide en copos, para que las cardas la esponjen, transformándola en una faja o manta. La última operación la dividirá en mechas diferenciadas sobre un tambor o rodillo.
3. Las mechas reciben la torsión adecuada en la selfactina. Esta máquina consta de dos partes: una fija (donde se colocan los tambores de mechas) y otra móvil (donde se sitúan las canillas). El desplazamiento regular del carro móvil dará al hilo la resistencia y firmeza necesarias.
4. El hilo pasa a las bobinadoras, que lo devanan en carretes para ser utilizado en los telares.
5. Los telares entrelazando automáticamente el hilo, obtienen una malla triangular, base de la futura boina.
6. La malla base pasa a las máquinas de coser, donde se unen después los dos extremos sueltos de la malla con costura invisible y se añade el cordón o rabillo en el centro. Su tamaño es entonces el doble del que tendrá finalmente.
7. En los batanes el agua jabonosa y el golpe regular de los mazos, irá poco a poco apretando el tejido hasta darle la consistencia de paño, pasando después al tinte.
8. Las boinas se colocan después en moldes u hormas que las estiran y moldean en el proceso de secado.
9. Una vez secas, un cilindro con cardos vegetales, la “percha”, saca el pelo del paño. Después, la “tundidora”, máquina provista de cuchillas que giran a gran rapidez, cortará e igualará el pelo de la boina.
10. En el taller de acabado se les añade forro y badana, además de los accesorios necesarios (cintas, etiquetas, emblemas, escudos), empaquetándose para su expedición y venta.
Hoy en día, la única fábrica de boinas que nos queda en toda España es la de Boinas Elósegui en Tolosa (Guipúzcoa), ya que La Encartada que se encuentra en Balmaseda (Vizcaya), se ha convertido en un precioso museo, al que os recomendamos que hagáis una visita cuando tengáis ocasión, porque lo merece.